Nuestra fracasada civilización, con sus desigualdades y horrores, con sus injusticias y dramas, tiene en un BAR de RUBÍ un pequeño motivo para la esperanza: a pesar de todo, hay gente que sigue buscando entre las frustraciones y fatigas de su día a día EL PLACER. Si, señores, el mundo sería aún un lugar peor sin esa capacidad universal de buscar EL PLACER.


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