COYOTE, ese alegre muchacho que sufre el síndrome de Stendhal y RODABALLO ese camarero valenciano de los de siempre, CONVIVEN CON EL TORMENTO DE SABER QUE LAS MUJERES YA NO LES MIRAN. Si alguien los encuentra acurrucados en el fondo de un vestuario de personal de un hotel , que LOS ARROPEN CON UNA MANTITA, POR FAVOR.


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