El poeta del rencor lleva ya 2 años fregando cada tarde el suelo de su restaurante, suenan acordes de Ry Cooder en un día frío y gris de principios de diciembre, el viento del este sopla con fuerza y golpea los pinos oscuros, jirones de nubes se apresuran allá arriba, donde encontramos a una de las cinco familias de los siete reinos que forman parte de la clientela habitual de el templo, la antigua nobleza rusa hoy representada por los TOLSTOY. Empapandose de humildad y mala leche, esperando con los ojos clavados en el reloj, contando los minutos que faltan para que el poeta del rencor abra las puertas de su santuario íntimo. En cualquier otro lugar del mundo semejante tormenta de invierno destrozaría los nervios al mas valiente uruguayo, no así a las puertas de LA MUERTE AQUI NO IMPORTA ESTO LO COMPENSA TODO, uno aquí se entusiasma ante la estupenda exhibición de viandas gallegas con las que se regocijará. La misma muerte resultaría insignificante con un escenario semejante. Y los TOLSTOY lo saben : la muerte aquí no importa, la carne gallega lo compensa todo.







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